Algunas enfermedades respiratorias de mal pronóstico presentan una clínica insidiosa y poco clara. La dificultad para identificarlas hace que se retrase el tratamiento, comprometiendo la esperanza de vida, incluso cuando se trata de afecciones pulmonares secundarias a otra enfermedad, según los expertos reunidos en el XXXV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se celebra en Murcia. Es el caso de la enfermedad pulmonar intersticial difusa (EPID) y la hipertensión pulmonar (HTAP), que determinan el mal pronóstico en la esclerodermia y constituyen la primera causa de muerte en los afectados. Vicent Fonollosa, responsable de la Unidad de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas del Hospital Valle de Hebrón (Barcelona), ha explicado la importancia de un diagnóstico precoz de la HTAP con ecocardiografias y pruebas funcionales (NT-ProBup) todos los años, distinguiendo las características de una HTAP idiopática. “También hay que estar atentos a vasculopatías, pues aunque estos enfermos presenten una hemodinámica buena, no hay que olvidar que su corazón estará afectado por la fibrosis que causa la esclerodermia”, alerta el especialista. (Diario Médico)