En España el 22,9% de la población adulta es obesa

‘Prevenir la obesidad previene el cáncer’, y es que ese es el lema que este año abandera el Día de la Lucha contra la Obesidad en España. Organizada por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la efeméride ha coincidido con una extensa revisión científica que vincula de forma directa dos problemas de salud pública de elevadas dimensiones a nivel mundial: el sobrepeso y/u obesidad y el cáncer.

Las cifras hablan por sí solas, y es que el exceso de peso está implicado entre el 15 y el 20% de las muertes por cáncer; el 4% de los hombres y el 7% de las mujeres deben su cáncer a la obesidad, y el riesgo de padecer cáncer por sobrepeso se incrementa cuatro o cinco veces dentro de los más de 215.000 casos oncológicos que se detectan en España cada año.

Ante estos datos los especialistas dan la voz de alarma a la población. Los efectos de la comorbilidad (dos o más trastornos o enfermedades que ocurren en la misma persona; pueden ocurrir al mismo tiempo o uno después del otro. También implica que hay una interacción entre las dos enfermedades que puede empeorar la evolución de ambas) son manifiestos y urge poner freno a la obesidad, la llamada ‘epidemia del siglo XXI’, porque según las sociedades científicas implicadas, “en una década su influencia será superior a los efectos del tabaco”.

 En España uno de cada 3 o 4 españoles es obeso
La obesidad es una enfermedad crónica y de tendencia epidémica en el mundo occidental. En España, uno de cada 3 o 4 españoles es obeso, concretamente, el 22,9% de la población adulta es obesa siguiendo el indicador del índice de masa corporal (IMC), porcentaje que aumenta hasta el 36% si se emplea el perímetro de la cintura para calibrarla.

Entre las principales comorbilidades asociadas a la obesidad están la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, la enfermedad cardiovascular y el cáncer.  Al respecto, la Dra. Purificación Martínez de Icaya, miembro de la SEEDO, afirma que “si bien la relación entre obesidad y cáncer se ha mantenido solapada en los últimos años por la importancia de las enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio o el accidente cerebro-vascular”, en la actualidad ha irrumpido fuertemente “por sus importantes repercusiones tanto sanitarias, como económicas y sociales”.

El exceso de peso empeora el pronóstico
El aumento de peso en el momento del diagnóstico se relaciona también con un peor pronóstico. De hecho, en el cáncer de mama diagnosticado antes de la menopausia, las mujeres obesas presentan un incremento de la mortalidad del 75% en comparación con las mujeres con un peso normal en el momento del diagnóstico.

En los hombres, la obesidad puede ser un factor de riesgo asociado a un tipo de cáncer de próstata más agresivo, y con mayor probabilidad de tener una enfermedad más extendida en el momento del diagnóstico.

Todos estos datos, en palabras del Dr. Pedro Pérez Segura, coordinador del Grupo de Trabajo SEOM de Prevención y Diagnóstico Precoz, “apuntan a que la obesidad es un factor de peor pronóstico también en otros tipos de neoplasias (formación anormal en alguna parte del cuerpo de un tejido nuevo de carácter tumoral, benigno o maligno ), e incluso que cuando una persona ha superado con éxito una primera enfermedad neoplásica, al ser obesa, tiene mayor número de probabilidades no sólo de recidivar (reaparición de una enfermedad algún tiempo después de padecida) sino también de desarrollar un segundo proceso neoformativo en una localización distinta a la primera”.

Modificar hábitos de vida para prevenir la obesidad que tanto influye en el cáncer
Existen diversos estudios que demuestran como la pérdida de peso en los supervivientes de un proceso neoplásico, a través de la reducción de la ingesta calórica, de una mejora en sus hábitos dietéticos y del incremento de la actividad física, implica conseguir numerosos beneficios, entre los que se encuentran una mejor calidad de vida, una mayor capacidad física, menor incidencia de comorbilidades como la diabetes o la enfermedad coronaria, y lo más importante tal y como apuntan las sociedades implicadas: un cambio favorable en los factores biológicos relacionados con el riesgo y el pronóstico de cáncer.

SEEDO y SEOM han suscrito un acuerdo de colaboración para desarrollar conjuntamente el proyecto OBEyCAN, que entre otras iniciativas está trabajando en un documento conjunto sobre la importancia de la obesidad como factor de riesgo en el cáncer y las particularidades de la obesidad en el paciente oncológico.

En este sentido, la Dra. Pilar Garrido, presidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica, ha destacado la importancia de la colaboración que se está desarrollando conjuntamente con la SEEN y con la SEEDO. “Los especialistas sabemos que cada vez va a haber más personas con cáncer debido a nuestra mayor esperanza de vida y a nuestros hábitos de salud”, motivo que hace que “uno de los grandes retos que tenemos las sociedades científicas es contribuir a modificar hábitos de vida, incluyendo prevenir y evitar la obesidad, que tanta influencia tienen en el cáncer y que, sin embargo, es poco conocido por la población. Por tanto la concienciación es fundamental”, concluye.
..Emilio Ramírez

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