La falta de agua potable, saneamiento e higiene en los centros de obstetricia está matando a las madres y a sus recién nacidos en países en desarrollo, y es que esta afirmación ciertamente lapidaria se desprende de una investigación cuyos resultados se han publicado en ‘Plos One’. Sus autores, miembros de nueve organizaciones líderes en cuestiones sanitarias, piden a los gobiernos que actúen para salvar estas vidas y permitir a los trabajadores de salud capacitados que realicen su trabajo en pos de este objetivo.
Las nueve organizaciones que han elaborado este documento son: la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF, ‘Evidence for Action’, ‘WaterAid’, ‘United Nations Population Fund’, la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, la Universidad de Aberdeen (Escocia), ‘BRAC University’ y ‘The SoapBox Collaboration’.
A su juicio, a pesar de las mejoras que se han efectuado en la atención a la salud, las nuevas madres y sus recién nacidos siguen muriendo debido a que a menudo la carencia de un suministro de agua potable, de buenas prácticas de higiene y saneamiento adecuados, y por ende de unas condiciones óptimas de salubridad, son muestras inherentes al entorno en el que viven.
Por ello, a través de esta investigación, hacen una llamada a las autoridades sanitarias de los países para que se proteja la vida de las madres y sus bebés. Condición sine qua non para que esto se produzca es que se mejore el acceso al agua potable, el saneamiento básico y la higiene tanto en los centros de salud como en los hogares.
Muchas madres están en riesgo en muchos países en desarrollo
Hasta un 38% de los centros de salud en 54 países de bajos ingresos carecen de mejoras en su suministro de agua, según una encuesta. Esta realidad hace que los médicos, enfermeras y matronas de estos centros se encuentren en apuros a la hora de atender a sus pacientes, como se expone en el documento ‘Desde el pensamiento común a la acción conjunta: un llamamiento a la acción para la mejora del agua, el saneamiento y la higiene para la salud materna y del recién nacido’.
Como ejemplo, ponen la situación que se vive en Tanzania, donde menos de un tercio (30,5%) de los nacimientos ocurren en lugares con agua potable y saneamiento básico. Lo que supuso que en 2013 una de cada 44 mujeres se enfrentan a la muerte en el parto durante su vida. Casi la mitad de las mujeres y sobre todo las más pobres del país están dando a luz en casa, y casi ninguno de estos hogares posee agua potable y saneamiento básico.
Esta situación de riesgo en Tanzania, similar a ella la tienen las mujeres en muchos países en desarrollo, y es que a nivel mundial, en 2013 se estima que 289.000 mujeres murieron por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto. Esta cifra, como consideran los investigadores, se podría reducir rápidamente a través de una prestación y abastecimiento de agua potable, y de un saneamiento básico e higiene para prevenir infecciones y ofrecer una mejor atención.
La importancia vital del agua potable
Como explica el analista de políticas de saneamiento y calidad de ‘WaterAid’, Yael Velleman, “desde la época victoriana se ha conocido la importancia del agua limpia y una buena higiene en el parto”, sin embargo la realidad, hoy por hoy hace que “decenas de miles de madres darán a luz en lugares donde los médicos y las matronas, si están presentes, no tendrán acceso al agua potable”.
Velleman considera que si “los organismos de salud y los gobiernos han alentado a las mujeres a dar a luz en los hospitales y las clínicas para proporcionarles una mejor oportunidad de sobrevivir a las complicaciones”, de nada vale si “estos ambientes están sucios, sin agua potable, ni saneamientos básicos” y no pueden garantizar “una forma de mantener a los pacientes, con camas e instrumentos limpios”. Estos condicionantes hacen que “las mujeres se muestren reacias” a acudir a estos centros por el lógico miedo “a exponerse a sí mismas y a sus bebés a una infección mortal”.
Otro de los autores del documento, Lenka Benova, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, alerta que “casi 8.000 mujeres en Tanzania mueren cada año en el parto, o inmediatamente después”. Al menos, un 10% de estas muertes se debe a “la sepsis a causa de una infección”.
Benova lamenta que “esta situación no se limita a Tanzania”, y muestra su frustración al afirmar que los “gobiernos saben que las muertes relacionadas con infecciones se pueden prevenir con agua potable, servicios básicos de saneamiento y buenas prácticas de higiene”. Todos estos servicios, deben considerarse “una prioridad cuando se trata de mejorar la salud de las madres y sus bebés”, concluye.
..Emilio Ramirez