El declive sanitario español parece haberse detenido, pero el aumento en los tiempos de espera es alarmante

España ocupa el puesto 18 en el índice Euro Health Consumer 2014, consiguiendo 670 puntos sobre un máximo de 1000, ocupa la misma posición que en el estudio del 2013.

La octava edición de la EHCI fue presentado en Bruselas en presencia del Comisario europeo de Salud Vitenis Andriukaitis. Holanda se mantiene al frente, obteniendo 898 de un máximo de 1 000 puntos posibles, seguido por Suiza, Noruega, Finlandia y Dinamarca. España gana siete puntos en el rendimiento general, pero no es suficiente para subir en el ranking de países. El estudio incluye 36 países, además de Escocia.

A pesar de la reducción del gasto en asistencia sanitaria en muchos países, el rendimiento global de la salud sigue mejorando, explica el Dr. Arne Bjornberg, HCP presidente y jefe de la investigación. La medición inicial en el año 2006 otorgó sólo a un país más de 800 puntos sobre un máximo de 1.000 posibles. En el estudio del 2014 no hay menos de nueve de estos sistemas de alto rendimiento.

El sistema Sanitario español está bajo presión, no sólo por las medidas de austeridad sino también por las crecientes tensiones entre Madrid y las regiones en lo que respecta a responsabilidades y financiación. Sin embargo parece como si las funciones básicas de la asistencia sanitaria se mantuviesen adecuadamente, con la mortalidad infantil baja, la vacunación de niños y la prevención de enfermedades importantes en funcionamiento. Los resultados de los distintos tratamientos también siguen mejorando en España. Sin embargo a pesar de estas cualidades no se puede ocultar que existen importantes disfunciones en la asistencia sanitaria española que parecen muy difíciles de abordar.

Recomendaciones para mejorar la situación en España
Como la mayoría de los principales sistemas de salud financiados a través de impuestos, el acceso es muy pobre y es evidente que se ha deteriorado aún más durante 2014, comenta el Dr. Bjornberg . Es fácil culpar solo a la crisis, pero con una accesibilidad tan mediocre tiene que haber explicaciones adicionales. Un acceso tan malo es verdaderamente alarmante y una amenaza para la seguridad del paciente y la igualdad entre ellos. Es sabido que muchos pacientes que pueden permitírselo abandonan los servicios públicos de salud. No menos importante es mejorar el empoderamiento de los pacientes cuando todo el sistema está bajo presión. Los servicios informáticos, E- Salud, han comenzado a contribuir positivamente en la mejora de muchos servicios.

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