Los riñones de donantes fallecidos con daños agudos son frecuentemente descartados en lugar de usarse para trasplantes. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Yale, EEUU, ha descubierto que estos riñones pueden ser más útiles de lo que se pensaba, y deberían ser considerados a la hora de satisfacer la creciente demanda de trasplantes de órganos. Los riñones donados con lesiones suelen descartarse por miedo o resultados pobres como un retraso en la función o incluso fallo prematuro del trasplante. Dada la creciente necesidad de trasplante de órganos, el equipo de Yale se embarcó en el estudio más largo hasta la fecha de observación multicéntrico de los donantes. Se examinaron las relaciones entre los daños agudos en el riñón, la tasa de descarte de riñones y la función renal del receptor tanto a corto plazo como seis meses después del trasplante. Los investigadores encontraron una asociación entre el daño agudo del riñón y el órgano descartado. También observaron que los riñones dañados se asociaban con una menor función renal o la necesidad de continuar la diálisis durante la primera semana después del trasplante. (Diario Médico)