La evolución del gasto farmacéutico y el tratamiento de la hepatitis C sitúan a la sanidad en el Congreso de los Diputados con un riesgo muy alto de ser regulada de manera negativa por parte del Gobierno. Así se desprende del último informe de Índice Político de Riesgos, recientemente publicado por la consultora Llorente & Cuenca y referido al mes de febrero. De entre los ocho sectores estudiados, el de sanidad es el que tiene un mayor riesgo regulatorio de todos y está colocado en lo que el estudio denomina ‘área crítica’, o lo que es lo mismo, es el que mayor volumen de iniciativas tiene en la Cámara Baja y con mayor valoración política (reputación del sector que se desprende de las iniciativas). El que menos riesgo tiene es el de la alimentación. Del análisis de los asuntos sanitarios en el Congreso se desprende que el 84 por ciento de las iniciativas parlamentarias fueron preguntas de la oposición, en 15 por ciento PNL (Proyectos No de Ley) y solo un 1 por ciento fue legislación propiamente dicha. El estudio revela también que el 80 por ciento de estas iniciativas parlamentarias fueron impulsadas por el PSOE, el 8 por ciento por los nacionalistas y el 12 por ciento restante por otros partidos a excepción del PP, que no realizó ninguna iniciativa. (Redacción Médica)