Valentín Fuster: las enfermedades del corazón son “la primera causa de mortalidad a nivel mundial”

Valentín Fuster, director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) Carlos III, del Instituto Cardiovascular del Centro Médico Mount Sinai (Nueva York, Estados Unidos), y Premio Príncipe de Asturias de Investigación (1996), asegura que con la polipíldora Trinomia que, es recetada a los pacientes que han sufrido un infarto, se “aumenta la adherencia” al tratamiento y “disminuye el coste” del tratamiento postinfarto.

Y es que en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, con motivo de un curso magistral sobre cardiología que la semana pasada se impartió, Fuster, en una entrevista a Europa Press, recordó que Trinomia es la primer polipíldora que se ha desarrollado y que es “más barata que las píldoras separadas”, en referencia a las tres pastillas que toman los pacientes que han sufrido un infarto y que contienen aspirina, una estatina y un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina (IECA).

Al respecto, Fuster afirma que es más fácil que los pacientes tomen una sola píldora y no tres, y recuerda que “un 50% de los infartos” se deben “por dejar de tomar las píldoras a los seis meses”, y es que el paciente “está deprimido”. En este sentido, la ingesta de una sola píldora, “ayuda porque es muy sencilla”.

Asimismo, comenta que en la actualidad hay en marcha tres estudios distintos “que van a mirar el terreno clínico”, y es que hay que ver “si es verdad que vamos a prevenir los infartos y las recurrencias tomando una píldora única con todos los componentes”, que son tres principios activos con sus respectivas funciones: ácido acetilsalicílico, para evitar la formación de trombos; artovastatina, para controlar los niveles de colesterol y para estabilizar la placa de ateroma; y rampiril, un antihipertensivo que evita el remodelado del corazón que se produce tras un infarto.

Preguntado también sobre sus actuales investigaciones acerca de la hipertensión pulmonar primaria, sostiene que “hay que ir con cuidado”, ya que es una enfermedad que “sobre todo” afecta a las mujeres. “Estamos estudiando el papel que tienen los coágulos de sangre en esta enfermedad”, explica.

El aspecto económico en la cardiología es el que más preocupa
En relación a las líneas generales actuales de la cardiología actual en España, Fuster concreta que se basan en tres puntos: el clínico, el de la investigación y el económico.

En cuanto al clínico, comenta que hay un movimiento “muy intenso” desde la enfermedad hasta la promoción de la salud, lo que tiene una “base económica”.

Sobre este aspecto económico, Fuster alerta de que es “el que más preocupa”, ya que hoy por hoy, las enfermedades del corazón son “la primera causa de mortalidad a nivel mundial”, aunque “hemos empezado a bajar la mortalidad a una edad específica”, y es que por ejemplo, a los 60 años, los pacientes acaban muriendo unos años más tarde.

Este margen de “seis o siete años” que se ha ganado en las últimas tres décadas ha sido posible gracias a un gasto económico “impresionante” desde el punto de vista de los tratamientos, tal y como remarca, pero que al mismo tiempo advierte de que “es muy difícil que podamos seguir así”. Por ello, defiende la idea de que “la base está en movernos en un terreno mucho más prematuro, empezando con niños”.

En cuanto a las otras dos líneas, destaca que clínicamente las investigaciones actuales se basan en “movernos del cerebro al corazón” debido a nuevos hallazgos que demuestran que “la pequeña circulación cerebral está afectada por los mismos factores de riesgo que las arterias del corazón”.

Sobre los factores de riesgo, Valentín Fuster señala varios, como la obesidad o el tabaco, “pero el problema es que intervienen sobre todo la diabetes y la presión arterial”, concluye.
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