La individualización del tratamiento es un aspecto fundamental para la prevención del ictus en pacientes con fibrilación auricular no valvular, tal y como se puso de manifiesto en el simposio satélite que, patrocinado por Daiichi-Sankyo, se ha celebrado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, en Londres. Para Gregory Y. H. Lip, profesor de medicina cardiovascular de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), “el primer paso es identificar a aquellos pacientes de bajo riesgo que no necesitan ningún tratamiento antitrombótico. A continuación, deben prescribirse anticoagulantes orales a aquellos que tengan uno o más factores de riesgo de ictus”. Como ha recordado, si se opta por los antagonistas de la vitamina K, el objetivo debe ser un buen control de la anticoagulación, con un rango terapéutico de más del 70 por ciento, mientras que los nuevos anticoagulantes orales “ofrecen más eficacia, seguridad y conveniencia. Pero, en todos los casos, debe ajustarse el fármaco al paciente y viceversa”. (Diario Médico)