Las visitas de atención domiciliaria deben alargarse, como mínimo, durante media hora. Así lo ha establecido el Instituto Nacional de Excelencia para la Salud y los Cuidados de Reino Unido (NICE), desde el que explican que los cuidadores requieren de este tiempo para poder proporcionar “una atención personalizada y digna de los pacientes de edad avanzada que deben permanecer en casa”. La asistencia más breve solo resulta apropiada en “ocasiones excepcionales”; esto es, cuando la visita forma parte de un conjunto más amplio de apoyo en el hogar o cuando se destina “a completar una tarea específica de tiempo limitado”, como puede ser la comprobación de la toma de un medicamento. Los parámetros estipulados desde el NICE no coinciden sin embargo con la práctica española. Tal y como explica Francisco José Sáez Martínez, vicepresidente segundo de Sociedad Española de Medicina General (SEMG), la duración de estas visitas en nuestro país “no es superior a 15 minutos”; esto es, la mitad de lo recomendado. (Redacción Médica)