Los factores por los que una persona llega a desarrollar una enfermedad mental pueden ser muchos. Factores como la genética, un suceso trágico, una mala experiencia y, especialmente el estrés, pueden derivar en depresión y en otras enfermedades mentales. La vida diaria nos lleva a estar en un ritmo acelerado, y la sociedad también nos invita a ello. El trabajo, la casa, la familia, estar guapo, hacer deporte y muchas otras ‘obligaciones’ hacen que a veces sintamos que no llegamos a todo. A esto se le suma la crisis, la falta de trabajo o la incertidumbre laboral, que hacen que el estrés siempre esté presente. Y si bien el estrés puede desembocar en patologías físicas como dolores de cabeza, urticarias o caída del cabello, en muchas ocasiones, y cada vez más según los expertos, deriva en una depresión o en otro tipo de enfermedad mental. Este fue el caso de Raquel Rebollo, una mujer que con 40 años trabajaba en el sector de ventas: a priori, todo estaba bien en su vida. (El Médico Interactivo)