El Acuerdo de Comercio de Servicios (Trade In Services Agreement, TISA en sus siglas en inglés), se está convirtiendo en un problema para muchas personas en Europa. Negociado en secreto en Ginebra desde hace casi dos años por más de 50 países, incluyendo la Unión Europea, EE.UU., Japón, Canadá, Colombia, Chile, México, Australia y Corea del Sur, se han necesitado meses de trabajo de investigadores a nivel mundial y una espectacular filtración en la web Wikileaks para saber algo de su contenido. Las cosas están cambiando, ya que el debate sobre el TTIP, TPP y el CETA se está haciendo un hueco en la corriente principal de noticias. Si es cierto lo que afirma la Comisión Europea que los capítulos de servicios como la salud pública están excluidos del TTIP, los mismos negociadores lo están negociando en el TiSA. Un estudio reciente publicado por Public Services International (PSI) muestra que el TISA evitará que privatizaciones fallidas vuelvan a manos del sector público, restringirá leyes y reglamentos nacionales en áreas tales como la seguridad de los trabajadores y las regulaciones ambientales y de protección al consumidor, y restringirá la autoridad reguladora en áreas tales como la concesión de licencias de establecimientos de salud, acreditación para universidades etc. (Médicos y Pacientes)