Pese a que la presión de la industria del refresco evita que se legisle en muchos países, diversos estudios demuestran que aumentar los impuestos sobre las bebidas azucaradas reduce el consumo de las mismas y, por tanto, la incidencia de las enfermedades causadas por el exceso de azúcar. En concreto, un estudio publicado en la revista estadounidense Health Affairs estima que, aumentando un 15% los impuestos sobre los refrescos azucarados, se podría reducir la prevalencia de la diabetes en un 2,6% y la de la obesidad en un 1,5%. Por su parte, otro estudio, recogido en un artículo de la revista de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas) calcula que, con un aumento de un 20% en la carga fiscal de estas bebidas, el peso corporal de los ciudadanos se podría reducir en una media de 725 gramos al año. (Con Salud)