Publicado en Con Salud El pasado jueves se celebró el último debate entre los cuatro candidatos a presidir el Colegio de Médicos de Madrid, ICOMEM, moderado por el periodista Ramón Sánchez Ocaña. Las propuestas de los cuatro eran ya conocidas y no hubo ninguna sorpresa de última hora. El debate fue intenso y tenso en algunos momentos, especialmente entre Ana Sánchez Atrio y Miguel Ángel Chillón que se enzarzaron en alguna ocasión. En el otro lado del debate se situaba Juan Abarca y Guillermo Sierra que se centraron en destacar sus propuestas para presidir el Colegio. A diferencia de los tradicionales debates, donde siempre hay un ganador, en este caso hubo un claro perdedor, Miguel Ángel Sánchez Chillón. Chillón no sólo es un mediocre comunicador que no estuvo a la altura del debate en ningún momento, sino que dio muestras de una clara ausencia de memoria al no recordar nada de las decisiones adoptadas por la Junta Directiva cuando él formaba parte de la misma como vocal de Atención Primaria. Tampoco se quiso pronunciar ante una pregunta sobre la polémica del decreto de prescripción de enfermería y lo más grave de todo, mintió claramente cuando respondió a una pregunta de la sala sobre la actitud de su colega, Asunción Rosado, cuando envió un escrito criticando la gestión profesional de un residente del Hospital 12 de Octubre en una guardia de urgencias.