Publicado en El Confidencial Los testimonios de las afectadas son escalofriantes. Abortos por malformación que embarazadas de más de tres meses afrontan sin asistencia médica, en la soledad de un cuarto de baño o de una habitación de hospital. En muchos casos, sin anestesia. Y recogiendo ellas mismas los fetos muertos de entre sus piernas. La proliferación de casos que han salido a la luz en los últimos días, algunos de ellos acontecidos hace hasta dos años, pero no denunciados hasta ahora, ha sacudido a colectivos feministas, proabortistas y políticos. Y ha dejado de circunscribirse al hospital Materno Infantil de A Coruña para extenderse a otros centros de la red pública gallega. La Asociación del Defensor del Paciente ha remitido un escrito al fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes, en el que reclama una investigación de oficio sobre el trato que reciben las mujeres que se someten a abortos por malformaciones del feto a partir de las 14 semanas de gestación.