Publicado en Redacción Médica Puede que dentro de unos pocos años, un médico y un paciente se consideren Patrimonio Inmanterial de la Humanidad; concretamente la relación que los une. La Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) ha empezado un proceso para que esta figura, de la que ya se hablaba en tiempos de Hipócrates llegue a ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). El responsable de este proyecto es Patricio Martínez, que fue secretario general de CESM y ahora es su presidente de honor, que ve con “optimismo” el proceso que se abre por delante. Durante dos o tres años, “habrá que buscar alianzas con asociaciones de pacientes e incluso con los decanos de la facultades para abordar su peso con investigadores de Historia de la Medicina para que constaten su importancia histórica y científica”. El primero de los pasos a seguir es ganarse el apoyo de la Organización Médica Colegial para después ir ganándose al resto de asociaciones y plantear un proyecto al Gobierno ya que es este quien debe elevar la petición para su reconocimiento a la Unesco. Pero Martínez no quiere quedarse solo en eso: “Queremos implicar al resto de colegios e instituciones de médicos europeos y también hablar con asociaciones de América Latina para que se sumen al proyecto”.