Publicado en Diario Médico La Sala Contenciosa del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha absuelto al Servicio Cántabro de Salud de la demanda interpuesta por una paciente que necesita un trasplante de riñón. La reclamación se fundamenta en que se incurrió en una mala praxis tanto en el diagnóstico como en el seguimiento de la patología renal crónica de la recurrente. La paciente aportó el informe de un médico, perito especialista en valoración del daño corporal, que reconocía que ya desde el nacimiento de la paciente -fue prematura, de bajo peso, y con problemas neonatales que requirieron de una operación con poco tiempo de vida- se debía haber sospechado de que podía padecer un problema renal y, por lo tanto, haberla sometido a “un protocolo de vigilancia especial”. A los 18 meses de vida, la paciente presentó niveles a normales de FG (filtrado glomerular) y en varios análisis durante su preadolescencia se registraron índices elevados de creatinina. Entre los 15 y los 22 años, se le diagnosticó la enfermedad renal crónica y pasó “del estadio III al V, que supone el fallo renal total”.