Publicado en Diario Médico Los efectos carcinogénicos de las radiaciones ionizantes usadas en el diagnóstico médico se conocen desde hace mucho tiempo y la evidencia científica no ha dejado de crecer. Sin embargo, hasta hace pocos años ni la industria tecnológica, ni los profesionales, ni los responsables sanitarios estaban suficientemente concienciados sobre este riesgo. Ahora parece que se inicia una nueva etapa en la que la protección radiológica cobra por fin el protagonismo que merece. Estas son las claves del cambio que se avecina. La directiva 2013/59/Euratom de 5 de diciembre de 2013 establece las normas básicas de protección radiológica que los estados de la Unión Europea deben cumplir en 2018. Marina de la Fuente, jefa de Radiología de la Clínica Ruber, de Madrid, señala que uno de los aspectos más importantes es “la obligación de registrar la dosis que recibe cada paciente en las exploraciones que utilizan radiaciones ionizantes, en especial las que se realizan con tomografía computarizada (TC), radiología intervencionista y exploraciones cardiacas, que son las tres técnicas que más radiación utilizan en sus estudios”.