Publicado en El Economista Un estudio del Langone Medical Center de la Universidad de Nueva York (NYU), en Estados Unidos, han demostrado que la edad y el género de una persona puede influir en la prevalencia de algunas enfermedades vasculares periféricas, mientras que la diabetes también puede considerarse un factor de riesgo para su desarrollo. Este tipo de trastornos afectan a los vasos sanguíneos que están más alejados del corazón y el cerebro, en especial los que suministran sangre a brazos y piernas pero, hasta ahora, había pocos datos de qué grupos de población tenían más riesgo de desarrollarlos, con el consiguiente riesgo de infarto de miocardio, ictus e incluso la amputación de extremidades, según han apuntado los autores del estudio presentado en el 65 congreso anual de la Colegio Americano de Cardiología que se celebra en Chicago (EE.UU.).