Publicado en Voz Pópuli El temor a lo desconocido y a los posibles peligros de aquello que no podemos ver o palpar permanece siempre latente. A lo largo de la historia, el ser humano ha tenido que asumir mutitud de riesgos por el mero hecho de existir y de habitar los diferentes entornos de la Tierra. Pero ahora vivimos en una Sociedad del Riesgo, como ya teorizaba en los ochenta el sociólogo alemán Ulrich Beck, donde el desarrollo tecnológico e industrial de las sociedades modernas no ha hecho sino ampliar el espectro de las amenazas a los que nos enfrentamos. Si hasta hace unos siglos los riesgos naturales eran la mayor preocupación del hombre, el desarrollo industrial suma ahora una serie de peligros tecnológicos provocados por él mismo. Los más temidos son tal vez los accidentes nucleares, los vertidos químicos, la contaminación ambiental y biológica o la manipulación genética. Se da la paradoja de que los progresos desarrollados por el hombre para intentar minimizar o prevenir los riesgos de la naturaleza, han generado nuevos peligros para la humanidad.