Publicado en El Confidencial El mundo sanitario es, paradójicamente, uno de los entornos laborales más agresivos que se pueden encontrar. No sólo porque la situación de los pacientes y la urgencia con que debe tratarse a estos puedan dar pie a tensiones entre el personal sanitario y los enfermos, sino también porque cuando un segundo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, el estrés puede ser intolerable y dar lugar a encontronazos entre profesionales. Además, el mundo médico sigue estando muy jerarquizado, lo que da pie a no pocos abusos de poder por parte de algunos galenos. Es tristemente habitual que se tenga noticia de casos de abusos sexuales de médicos a enfermeras. En 2014, sin ir más lejos, un anestesista de Almería fue condenado por acosar durante tres años a una auxiliar de enfermería. Pero no hace falta ahondar únicamente en lo sexual para encontrar abusos en el entorno de trabajo. Según una investigación realizada en Madrid y recogida por El Mundo, el 31% de los profesionales sanitarios reconoce haber sufrido acoso en alguna ocasión, generalmente a causa de choques jerárquicos. La NHS británica, por su parte, aseguraba que más del 50% de casos de acoso son ocasionados por un superior.