Publicado en El País El cometido de la pulsera de Fitbit es sencillo: hacer un seguimiento de la actividad física, del ritmo cardíaco y, en general, del estado de salud del usuario. En el caso de un hombre estadounidense con una arritmia, este dispositivo ha ido un paso más allá y ha servido para salvarle la vida. Un paciente de 42 años llegó a la sala de urgencias de Camden (Nueva Jersey) con una fibrilación auricular —una alteración irregular y rápida del ritmo cardíaco— reciente, pero de una duración desconocida. El uso de un desfibrilador sin la necesaria información puede dañar el corazón; pero no usarlo, puede tener el mismo resultado. En ese momento, los médicos comprobaron que el hombre llevaba un dispositivo para medir el ritmo cardíaco. Al revisar la aplicación de móvil que conecta con la pulsera (Fitbit Charge HR), identificaron que la arritmia había comenzado tres horas antes lo que permitía aplicar una descarga eléctrica al corazón del paciente ya en la sala de urgencias.