Publicado en Yahoo! El bombero de la localidad de Manta Narciso Vélez todavía se estremece al recordar el momento en el que la tierra zarandeó el noroeste de Ecuador con una mortífera sacudida y revive con rostro tenso la desesperación que se siente cuando una persona pide auxilio debajo de toneladas de escombros. “Dondequiera que piso todavía siento el movimiento de aquel fuerte terremoto”, dice, al tiempo que asegura que la ciudad de Manta de hoy es “otra” muy diferente a la de antes de la sacudida, que ha dejado en la zona 480 muertos, 4.027 heridos y 231 desaparecidos, según el Gobierno. Bomberos, policías, médicos y especialistas en rescates son algunos de los servidores públicos que hoy ponen cara al lado más humano en medio del drama que vive Ecuador. Vélez, en declaraciones distribuidas por la Secretaría Nacional de Comunicación, recuerda que en las primeras horas tras el terremoto, él y sus compañeros sacaron a nueve personas del fondo de los escombros de un hotel, ocho de ellas con vida. También explica con satisfacción el trabajo que le costó a su equipo otro de los rescates, el de una joven, que tomó cerca de seis horas desde que se confirmó su presencia entre las ruinas.