Publicado en ABC La contaminación es, no cabe duda, muy perniciosa para la salud. No en vano, se estima que el simple hecho de respirar aire contaminado provocó solo en 2012 la muerte de 3,7 millones de personas en todo el planeta. Sin embargo, cuando aludimos a la contaminación nos solemos referir a la polución del aire que inhalamos en el exterior de los edificios. Pero, ¿qué pasa con el aire de estos espacios cerrados, como son nuestros hogares y oficinas? Pues que resulta, si cabe, más perjudicial para la salud que el que respiramos al aire libre. De hecho, un nuevo estudio internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Surrey en Guildford (Reino Unido) alerta sobre los riesgos que conlleva respirar este aire ‘indoor’ que, en el mismo 2012, fue responsable directo del deceso de 4,3 millones de individuos de todo el mundo. Como explica Prashant Kumar, director de esta investigación publicada en la revista «Science of the Total Environment», «cuando pensamos en el término ‘contaminación del aire’ tendemos a pensar en tubos de escape y en chimeneas exhalando humo. Sin embargo, hay distintas fuentes de contaminación que pueden tener un efecto muy negativo sobre la calidad del aire, muchas de las cuales se localizan en nuestros hogares y oficinas.