Publicado en Con Salud El secreto profesional es un deber inherente al ejercicio de la medicina, recogido en los propios códigos deontológicos y en la legislación. Si bien, en el día a día de la práctica clínica es habitual la ruptura de la confidencialidad de los pacientes por parte de los facultativos. De hecho, las faltas al secreto profesional son graves en el 46,7% de los casos y, hasta en un 9,5%, los profesionales sanitarios vulneran el secreto médico de manera reiterada e intencionada. Así lo revelan los resultados de una tesis dirigida por Eloy Girela, presidente de la comisión de Ética y Deontología del Colegio de Médicos de Córdoba, en la que 99 estudiantes de Medicina realizaron una investigación observacional de las debilidades en la guarda del secreto profesional que se producen en la práctica clínica diaria. El estudio entiende como falta grave aquellas situaciones en las que se revelaron datos clínicos de los pacientes a terceras personas o a personal sanitario no implicado en la asistencia del mismo, incluyendo incluso las faltas cometidas de forma intencional, o relacionadas con la vida sexual o aspectos raciales o étnicos del paciente.