Publicado en Médicos y Pacientes En el discurso inaugural de esta Asamblea que se celebra en Ginebra hasta el próximo sábado, la Dra. Chan tuvo palabras de celebración y esperanza, pero también de advertencia. Por un lado, celebró los recientes avances en materia de salud pública mundial, especialmente en la lucha contra el VIH, la tuberculosis, la malaria y la poliomielitis, así como en la mejora de la salud materna e infantil. En un mundo interconectado caracterizado por una profunda movilidad de personas y mercancías, las amenazas se multiplica, según advirtió en su intervención. Así, añadió, los recientes brotes de Ébola, coronavirus MERS, Zika y la fiebre amarilla “son exponentes de un dramático resurgimiento de la amenaza de enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes”, lamentando que “el mundo todavía no está preparado para hacerles frente”. Por otra parte, aludió a la contaminación del aire como un peligro que afecta a la atmósfera mundial y contribuye al cambio climático, además, los patógenos resistentes a los fármacos, incluyendo el creciente número de “superbacterias”, “viajan bien a nivel internacional en las personas, los animales y los alimentos”, según señaló Chan.