El médico del Hospital Clínico de Barcelona, Lluís Mont, experto en Electrofisiología, defiende el uso de pistolas eléctricas para reducir a personas con trastornos mentales, tras advertir, no obstante, de que este arma puede provocar la muerte en personas con dolencias cardíacas de forma “muy infrecuente”.
Y es que Mont compareció la semana pasada ante el grupo de trabajo constituido en el Parlament para estudiar el empleo de pistolas eléctricas por parte de los Mossos d’Esquadra para inmovilizar a personas violentas, evitando el cuerpo a cuerpo.
Este arma que, el Síndic de Greuges desaconseja usar con enfermos mentales, a juicio de este médico del Clínic, pueden ser apropiadas para reducir a personas con problemas mentales e incluso ha sugerido que se podría plantear el uso de ese arma en unidades psiquiátricas, donde los pacientes violentos son actualmente reducidos mediante la fuerza ejercida por varios miembros del personal sanitario.
Mont, de hecho, admite que de implantarse las pistolas eléctricas, estarían principalmente destinadas a la contención de personas con trastornos psiquiátricos, ya que en la mayoría de ocasiones las actitudes violentas obedecen a “cuadros médicos de gran agitación” vinculados a enfermos psiquiátricos o personas intoxicadas por el consumo de drogas y alcohol.
Controversia por las muertes que según Amnistía Internacional han ocasionado pistolas eléctricas
“Hay un contexto de actuación muy médico”, al mismo tiempo que añade que la mera exhibición de la pistola eléctrica ya comporta “un efecto disuasorio importante” sobre las personas con enajenación mental, dado que el cerebro de la persona se “pone en guardia” y puede deponer su actitud violenta.
El médico se ha referido a distintos “factores que predisponen” a sufrir una descarga, como las enfermedades cardiovasculares, el consumo de tóxicos o la hipertensión, y ha señalado que el riesgo de arritmias crece si el dardo se lanza en una zona muy próxima al corazón.
Como reconoce Mont, hay “mucha controversia” sobre la mortalidad que, causada por las pistolas eléctricas, Amnistía Internacional reporta hasta 334 casos. Para el facultativo, esa consecuencia es “muy infrecuente”, aunque es posible en el caso de personas con dolencias cardíacas.
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