Publicado en Médicos y Pacientes Tras mostrar su satisfacción por el encuentro con estos profesionales, su Santidad celebró la oportunidad para poder manifestar su reconocimiento y gratitud a todos los profesionales de la Sanidad que con su dedicación “pueden convertirse en verdadera personificación de la misericordia”, según sus palabras. Una buena parte del discurso del Papa giró en torno al concepto de “compasión”, al que considera como “el alma misma de la medicina”. Como argumentó, “la identidad y compromiso del médico no sólo se apoya en su ciencia y competencia técnica, sino, principalmente, “en su actitud compasiva y misericordiosa hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu”. No obstante, advirtió a quienes se escudan “en una supuesta compasión para justificar y aprobar la muerte de un enfermo”, al hilo de ello, recordó que la verdadera compasión “no margina a nadie, ni le humilla, ni le excluye, ni mucho menos considera como algo bueno su desaparición”. Eso significaría, a su juicio, “el triunfo del egoismo”. Es por ello, que expresó su gusto por “bendecir las manos de los médicos como signo de reconocimiento a esa compasión que se hace caricia de salud”.