La obesidad es la principal comorbilidad asociada al asma, según estudios

Diferentes estudios han detectado la existencia de una asociación entre el índice de masa corporal (IMC) basal y el posterior desarrollo de asma, concluyendo que la obesidad es la principal comorbilidad asociada a esta patología.

En concreto, se calcula que la obesidad aumenta entre 1,1 y 3 veces las posibilidades de padecer asma. “Existen distintos factores que podrían explicar la asociación entre asma y obesidad pero no se conocen con exactitud los mecanismos fisiopatológicos implicados en la relación entre ambas patologías”, explica la neumóloga de la Unidad de Asma Grave del Hospital Universitario 12 de Octubre, Rocío Díaz. De hecho, en el estudio que, realizado con el mayor número de sujetos incluidos, y con un seguimiento más prolongado hasta la fecha, y es que fueron 135.000 pacientes durante 21 años), la incidencia del asma aumentó un 10% y un 7% por unidad de IMC en hombres y mujeres, respectivamente.

Los efectos de la obesidad son devastadores en el organismo a nivel de aparato respiratorio, y es que puede reducir la distensibilidad pulmonar, la capacidad pulmonar y el diámetro de las vías respiratorias periféricas, además de afectar el volumen de sangre en los pulmones y la relación ventilación-perfusión. También, no sólo afecta la mecánica pulmonar, sino que es un factor asociado a “peor control” del asma independientemente de la edad.

Al respecto, la experta ha avisado de que los pacientes obesos con asma tienen más reagudizaciones y más sintomatología respiratoria, que en general redunda en el empeoramiento de la calidad de vida relacionada con la salud. Por otro lado, añade, el exceso de peso interfiere en la eficacia de los fármacos para tratar el asma y, como consecuencia, los pacientes asmáticos obesos responden peor al tratamiento. “Distintos estudios han demostrado que los pacientes asmáticos obesos tienen peor respuesta al tratamiento y mayor número de exacerbaciones. Uno de ellos, realizado en nuestro país, observó que los asmáticos con sobrepeso u obesidad presentaron mayor número de exacerbaciones graves, que precisaron ingreso hospitalario, comparado con asmáticos con un índice de masa corporal normal o bajo”, recalca Díaz.

El asma y la obesidad ha aumentado en los últimos años en España
El asma y la obesidad son dos trastornos crónicos de gran impacto en la salud pública, con una prevalencia que ha aumentado en los últimos años en los países desarrollados. Concretamente, estudios realizados en España muestran que entre un 3 y un 7% de la población adulta tiene asma.

Esta cifra es algo más elevada (entre un 5% y un 10%) en la población menor de seis años y en las últimas cuatro décadas se ha triplicado el número de casos de asma, convirtiéndose en un serio problema de salud pública.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 235 millones de personas en el mundo padecen asma, una enfermedad que aumenta de año en año. En España, el asma, junto a la EPOC son, actualmente, las enfermedades pulmonares que generan más consultas en Atención Primaria.

Asimismo, el 35,7% de la población española padece sobrepeso y un 16,5% es obesa, siendo, según datos de la Organización Mundial de la Salud, el segundo país de Europa después de Reino Unido.

Ante estos datos, la experta incide en la importancia que tiene el impulsar la investigación en este campo para poder entender mejor los mecanismos del asma en la obesidad y así poder desarrollar nuevas terapias específicas dirigidas a este “colectivo” de pacientes. Hoy por hoy, el único tratamiento diferencial es la recomendación de hacer ejercicio físico para reducir peso. “El perder peso, entre el 5-10%, puede mejorar el control del asma y existen datos que confirman que la reducción de peso conlleva a una mejoría de los síntomas, de la función pulmonar y del control de la enfermedad”, concluye la doctora.
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