Publicado en El País En octubre de 1979, un joven de 21 años que había perdido la pierna derecha por un osteosarcoma (un cáncer de huesos) escribió una carta a la Sociedad Canadiense del Cáncer. Proponía correr 42 kilómetros cada día, cruzando Canadá, para recaudar fondos. En la carta, contaba que había tomado una decisión al ver que algunos de sus compañeros en la clínica de rehabilitación habían perdido la esperanza. “No podía irme sabiendo que esas caras y esos sentimientos seguirían existiendo, aunque me liberase de los míos”, contó. “En algún lugar el dolor debe acabar. Y estaba determinado a llevarme a mí mismo al límite por esta causa”. Y terminaba su carta diciendo: “Creo en los milagros. Debo hacerlo”. Su historia, contada en 25 tuits, ha superado con su primer mensaje los 2.700 retuits en 24 horas solo con su primer mensaje.