Nueva investigación podría ayudar a desarrollar analgésicos más eficaces

Las células nerviosas que transmiten señales de dolor en el cuerpo se llaman nociceptores. Cuando se activa liberan neuropéptidos pro-inflamatorios. Con el fin de reconocer las influencias externas dañinas, los nociceptores están equipados con una amplia gama de receptores. El canal receptor de la capsaicina, por ejemplo, reacciona fuertemente a la sustancia picante de los pimientos picantes. Otro receptor es a veces llamado receptor de aceite de mostaza, ya que se activa mediante una sustancia que se encuentra en la mostaza, el rábano picante y las cebollas. Este receptor, cuyo nombre científico es TRPA1, desempeña un papel clave en la inflamación dolorosa del intestino y el páncreas, así como en el asma.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Florida (FAU), dirigido por el Dr. Matthias Engel, Cátedra de Medicina Interna, y el Prof. Dr. Peter Reeh, del Instituto de Fisiología y Fisiopatología, han examinado recientemente una sustancia llamada capsazepina que bloquea parcialmente el receptor de la capsaicina en profundidad. En estudios previos de otros investigadores esta sustancia previno la colitis ulcerosa, una forma de enfermedad inflamatoria del intestino, en ratones.

Sin embargo, un efecto secundario desconocido de la capsazepina debe haber sido el responsable de esto, puesto que los propios experimentos del Dr. Engel demuestran que el receptor de la capsaicina no está implicado en la patogénesis de esta enfermedad inflamatoria. En estos estudios, un inhibidor sintético del receptor de aceite de mostaza no sólo previno la enfermedad del intestino, sino que de hecho la curó.

Esto llevó a los investigadores de la FAU a sospechar que la capsazepina podría tener un efecto inhibidor similar en el receptor de aceite de mostaza. Se sorprendieron al encontrar que la capsazepina no inhibe el receptor, sino que lo activa de manera muy eficaz. Esto hizo que el receptor se volviera insensible a los estímulos – un fenómeno que también se ha observado con muchos otros receptores. El efecto protector de la capsazepina era, por tanto, debido al hecho de que los nociceptores respondieron menos a sus estímulos y dejaron de liberar neuropéptidos.

Los investigadores también descubrieron que, aunque la capsazepina se administró localmente en el intestino, la piel también paró la liberación de neuropéptidos. Por lo tanto, concluyeron que la capsazepina puede llegar efectivamente a todos los nociceptores del cuerpo a través del torrente sanguíneo y potencialmente desensibilizarlos. ¿Podría ser este el primer paso hacia un nuevo medicamento para el dolor severo? Los investigadores han sabido durante algún tiempo que en principio los nociceptores pueden ser desensibilizados en cualquier área del cuerpo y que esto puede lograrse con grandes dosis de capsaicina. El problema es que esto significa que el cuerpo ya no es capaz de regular adecuadamente su temperatura, el paciente ya no siente dolor debido al calor, y el suministro de sangre a ciertos órganos se resiente. Todos estos efectos son permanentes e irreversibles, por esta razón sólo se utiliza la capsaicina para el tratamiento en seres humanos en forma de parches colocados en áreas específicas de la piel o en cremas con una dosis muy baja.

En el estudio, cuando se les administró a los ratones una dosis alta pero tolerable de capsazepina en el transcurso de varios días, la sensibilidad hacia los estímulos químicos y de calor disminuyó gradualmente en todo el cuerpo, mientras que la inflamación en el intestino se evitó al mismo tiempo. Este es un resultado muy prometedor, ya que a largo plazo podría contribuir al desarrollo de analgésicos altamente eficaces para aquellas enfermedades en las que el receptor de aceite de mostaza juega un papel importante. Además de la enfermedad inflamatoria intestinal crónica, se incluyen la artrosis articular, pancreatitis crónica, enfermedad de Crohn y el asma crónica.
..Susana Calvo

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