Ningún verso suelto… Orden y visión de conjunto también en la sanidad

Ningún verso suelto está de más. Todo es necesario para lograr la armonía de lo que llamamos sanidad. Los responsables de este medio han visto oportuno enmarcar mis reflexiones que periódicamente iré plasmando bajo la cabecera “ningún verso suelto”. Puede tener sentido, además de un carácter poético que no me disgusta. Y tiene mucho sentido a tenor de lo que se pretende lograr, que no es otra cosa que aportar una reflexión aparentemente disonante con la composición, pero necesaria para que la obra poética quede completa.

Porque al final todo tiene que guardar un orden para que la obra sea perfecta, lo que no significa que todo tenga que ser homogéneo, pues son precisamente los altibajos los que mantienen la atención en la misma. Porque al final todo tiene que tener un orden, una tendencia si se quiere a la estandarización. Incluso la medicina, pues con mi buen amigo Ignacio Tormos me reflexionaba hace ya algún tiempo, la medicina, como la música, es arte, es saber hacer con habilidades adquiridas después de muchos ensayos y práctica. Y no hay nada más estandarizado que la música, pues cualquier nota tiene su lugar y su tono para que no suene disonante, con independencia de que el mismo sea más alto o menos.

En la profesión sanitaria dudan entre calificarse como una profesión técnica o una profesión con muchos de arte. No es mi intención en estas líneas entrar en ese debate. Pero si remarcar el necesario esfuerzo por estandarizar lo máximo que la razón permita las decisiones médicas, y de hacerlo con una visión de conjunto, con una visión orquesta. Lograremos con ello un agradecimiento por parte de nuestro público ese mayor grado de seguridad en el tratamiento de su salud (lo más importante), los profesionales ganaran progresivamente en seguridad en la toma de decisiones médicas, los políticos agradecerán un gasto progresivamente más racional por hacer a cada paciente lo que hay que hacerle en el momento que hay que hacérselo, las compañías de seguros de responsabilidad civil estarán más tranquilas… todos ganamos en definitiva.

Trabajemos pues en crear obras de arte basadas en la técnica y las habilidades, y hagámoslo como una orquesta que pretende deleitar al público, donde cada uno tenemos un papel en ella, algunos con instrumentos y tonos más o menos homogéneos, pero ninguno disonante, pues los versos sueltos son necesarios para que la obra tenga sentido.
..Antonio Burgueño Jerez

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