Publicado en La Razón Hemos oído hablar sobre enfermedades transmitidas de los animales a los humanos, pero lo que muchos no saben es que algunas no se contagian, sino que se «comparten». Es lo que ocurre con la enfermedad de Cushing, un trastorno producido por un exceso de cortisol en sangre y que puede afectar tanto a personas como a mascotas, especialmente a los perros. Juan Carlos Galofré, coordinador del área de conocimiento del tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología (SEEN) y consultor del departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra explica que «puede ser de dos tipos, que el propio cuerpo genere ese cortisol (endógeno) conocido también como enfermedad de Cushing) o iatrogénico (exógeno), esto es que el paciente reciba como corticoides en exceso para tratar alguna enfermedad para la que se administra este medicamento. Es más frecuente este último caso, pero las manifestaciones son similares». Galofré destaca que «el paciente tiene la piel fina, sufre acúmulo de grasa retrocervical y una obesidad que se concentra en el abdomen y el tórax». También tienen estrías rojas en el abdomen, se nota cansado y puede sufrir depresión.