España llevó a América la malaria

Publicado en El Mundo
En el delta del Ebro la malaria hacía estragos entre los trabajadores más pobres de los arrozales hasta hace poco más de 50 años. Esta enfermedad -causada por un parásito trasmitido por la picadura de un mosquito Anopheles atroparvus- campaba a sus anchas por los humedales españoles, pero no era patrimonio exclusivo del sur de Europa. Llegó a ser prevalente en el sur de Reino Unido, Francia, Alemania e incluso en Rusia. Pero en las famélicas legiones de la Guerra Civil y en las paupérrimas poblaciones rurales de Tarragona, el entonces llamado paludismo era un problema de salud de primer orden. En aquellos años, un médico rural llamado Ildefonso Canicio hacia sus propias preparaciones para el microscopio dejando secar sobre un porta de cristal una gota de sangre de los pacientes, con las que era capaz de ver los parásitos del género Plasmodium causantes de la malaria y de diagnosticar la enfermedad. Esas preparaciones -guardadas a modo de legado familiar por un nieto del doctor Canicio llamado Miquel Oliver- han servido ahora para descifrar una parte del ADN de los causantes de la malaria y saber por primera vez cómo eran los parásitos responsables de esta enfermedad en Europa hasta la primera mitad del siglo XX. Además, el trabajo, recién publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha permitido demostrar que las variantes del parásito europeo ya erradicado son casi idénticas a las que existen hoy en día en América, lo que apoya la hipótesis de que la malaria fue introducida durante la conquista del siglo XVI.

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