Publicado en Gaceta Médica Aunque es cierto que hay herramientas para facilitar la coordinación entre niveles asistenciales, en ocasiones surgen complicaciones asociadas a las mismas. Es el caso de la receta electrónica, que permite la comunicación entre el facultativo y la farmacia, pero “está muy limitada”, tal y como explicó a GM Francisco Abal, presidente de las 19º Jornadas de la Red Española de Atención Primaria, en el marco de las mismas. En este sentido, detalló que, a través de esta herramienta, si la farmacia quiere comunicarse con el médico, tiene un número limitado de caracteres, mientras que si es al revés, el facultativo no dispone de ningún espacio para hacerlo. Abal también consideró que supone un problema el hecho de que la medicación que no está financiada no esté incluida dentro del sistema, por lo que es mucho más complicado detectar posibles interacciones. “Si una persona está tomando anticonceptivos, no podemos verlo dentro de nuestro programa y si tenemos otro programa que nos avisa de interacciones, eso no lo contempla”, incidió para añadir que es algo “grave” que no esté recogida toda la medicación que toma un paciente.