Expertos internacionales aseguran que la crisis está teniendo importantes consecuencias en la salud pública

La crisis actual no es sólo una crisis económica, sino también una crisis social que está teniendo importantes consecuencias negativas en la salud de la población. Ésta es la conclusión a la que han llegado los tres expertos que han protagonizado la mesa ‘Crisis económica, crisis social y salud: respuestas desde la investigación y desde la práctica de la salud pública’, desarrollada en el marco del Congreso Iberoamericano de Epidemiología y Salud Pública y que ha estado moderada por la profesora de la Universidad de Economía de Las Palmas de Gran Canaria, Beatriz González, quien recordó a los asistentes que “como científicos, tenemos la obligación moral de buscar argumentos” para generar un cambio.

Carlos Artundo, consejero delegado de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) -centro que acoge el encuentro- ha sido el encargado de abrir la mesa definiendo la crisis actual como una “crisis sistémica”, que va más allá del escenario económico. Según ha expuesto durante su ponencia, se trata de una crisis ecológica, con modelos de desarrollo insostenibles, y de una crisis política institucional, dada “la gran brecha existente entre la población y la élite política”. Además, ha añadido, estamos ante una crisis de valores y una crisis psicológica. En este sentido, Artundo Purroy asegura que hay una “epidemia del miedo”, provocada por una situación de incertidumbre y falta de esperanza acumuladas en el tiempo. “Esto está generando importantes problemas de salud mental en la población”, ha añadido.

En esta línea, Carlos Artundo ha hecho especial hincapié en que, aunque “estamos en un momento preliminar para valorar el impacto que la crisis está teniendo en la población”, si existen evidencias claras de estos efectos nocivos. “Nos encontramos en una situación de emergencia de la salud pública, porque la crisis está afectando a los determinantes de la salud”, explica.

Las políticas sociales y sanitarias tienen un importante papel en la prevención y paliación de estos efectos, como han concluido los ponentes durante la mesa. En esta línea, Artundo Purroy asegura que nos encontramos en un “momento excepcional, por lo que hay que dar repuestas extraordinarias, influyendo en el cambio de políticas a través de la evaluación del impacto y creando alternativas saludables”.

Por su parte, el sociólogo e investigador Alexander Kentikelenis (Universidad de Cambridge) ha centrado su intervención en cómo ha repercutido la crisis y las medidas de austeridad en las políticas sanitarias y en los recursos disponibles en diferentes países europeos. Esto, según ha explicado, ha tenido un impacto directo en la salud pública, tomando como ejemplo el caso de Grecia, donde los efectos han sido especialmente llamativos. Los recortes han supuesto un incremento de las enfermedades infecciosas como el VIH, medicamentos no disponibles, largas listas de espera y, en definitiva, un incremento de la necesidad médica. El incremento del 45% de suicidios entre los años 2007 y 2011, o el 19% de incremento en el nacimiento de bebes con bajo peso y el 38% de la mortalidad infantil entre 2008-2010, son algunos datos que evidencian los efectos que la crisis está teniendo sobre la salud de la población. Kentikelenis han concluido que los políticos han subestimado los efectos dañinos que las políticas mal diseñadas tienen sobre la población.

Por último, Paulo Buss, director del Centro de Salud Global de la Fundación Oswaldo Cruz (Brasil), ha hecho especial hincapié en las dimensiones globales de la crisis en salud pública y en la reforma que está poniendo en marcha la Organización Mundial de la Salud, que, “criticada y atacada por otros poderes, abre la veda a empresas e iniciativas privadas”.

“Aunque los países con economías emergentes sufren la crisis, son los países en desarrollo a los que azota más fuerte”, ha explicado. Además, ha hecho importantes críticas a la política, explicando como detrás de los recortes a los servicios públicos está la brutal cantidad de ayudas públicas para salvar bancos privados”. En esta línea, asegura que se necesitan importantes cambios en la “gobernanza global general”, para paliar los efectos negativos que las políticas económicas están generando en la salud de la población en general.

Una mirada de género
El Grupo de Género y Salud Pública de SESPAS ha querido dedicar un espacio en el Congreso para reflexionar y debatir sobre si la situación actual en España afecta de manera desigual a la salud de las mujeres y a la de los varones.

Datos recientes manejados por organismos nacionales e internacionales señalan que en España se está produciendo un retroceso en indicadores de igualdad de género. Las repercusiones de la crisis también están siendo diferentes en hombres y en mujeres, según han puesto de manifiesto Lina Gálvez, catedrática de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), Vicenta Escribá, de la Dirección General de Investigación y salud pública de la Consejería de Sanidad de Valencia y María Teresa Ruiz- Cantero, catedrática de Salud Pública de la Universidad de Alicante.
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