Publicado en ABC La anestesia epidural, esto es, la administración de un anestésico local en el espacio epidural para ‘bloquear’ las terminaciones nerviosas en su salida de la médula espinal, es una de las opciones más demandas por las mujeres que van a afrontar el parto. No en vano, está considerada como la mejor estrategia para aliviar el dolor durante el alumbramiento. Todo ello a pesar de que, como ocurre con cualquier tratamiento, no está exenta de riesgos, tanto para la madre como para el bebé. Sin embargo, parece que este tipo de analgesia también ofrece una ventaja hasta ahora desconocida. Y es que como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), la anestesia epidural reduce la probabilidad de que la nueva madre sufra una depresión postparto. Como explica Grace Lim, directora de esta investigación presentada en el marco de la Reunión Anual 2016 de la Sociedad Americana de Anestesiología (ASA) que se está celebrando en Chicago (EE.UU.), «el dolor del parto va más allá de la experiencia del alumbramiento. Puede ser psicológicamente dañino para algunas mujeres y puede jugar un papel significativo en el desarrollo de la depresión postparto. Y lo que hemos observado es que algunas mujeres que experimentan un buen alivio del dolor con la analgesia epidural son menos susceptibles a padecer síntomas depresivos durante el postparto».