Imprimir menús sin gluten, y es que eso ya es imposible con las impresoras 3D, tal y como destaca el nutricionista y profesor de los Estudios de Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Àlex Vidal, quien afirma que “esta nueva herramienta puede diseñar elementos, volúmenes y texturas para darles una vuelta más a las diferentes propuestas y los platos que elaboran grandes restauradores” .
Las impresoras 3D, aunque todavía no están implementadas entre el consumidor final, Vidal destaca las ventajas que ofrece en el caso de alergias e intolerancias alimentarias. “Cuando haya algo que se tenga que controlar mucho, como puede ser una alergia alimentaria o una intolerancia al gluten, puede ser útil. Puede ayudar a esquivar algún nutriente”, afirma.
Según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), el 1% de los españoles es intolerante al gluten, y de estos, más de 100.000 no saben que son celíacos (75%), es decir, aún no han sido diagnosticados, lo que significa que continúan consumiendo productos que deberían haber eliminado por completo de su alimentación.
Aunque puede ser útil para determinados grupos de personas, de momento esta tecnología “no es accesible para todo el mundo”, señala el experto. Una de las razones por las que que todavía no estén implantadas es con toda seguridad su su precio, que supera en muchos casos los 1.000 euros.
El nutricionista de la UOC señala que si bien puede acabar siendo un electrodoméstico más, como son los robots de cocina, presenta algunas prestaciones diferenciales. “Puedes trabajar con mucho detalle y utilizar ingredientes aislados. Puede ser útil para hacer cosas que, con otras herramientas, no podrías conseguir”, explica.
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