Publicado en La Razón La justicia del Reino Unido ha tenido que tomar parte en la expulsión de un hombre que había ingresado en agosto de 2014 y que, tras recibir el alta, se negaba a abandonar las instalaciones médicas del hospital de Gorleston, cerca de Great Yarmouth. El centro médico, por su parte, explica que a pesar del alta hospitalaria se había procedido a ofrecerle un alojamiento acorde con sus necesidades, otorgado por parte del hospital. El hombre, aun así, se negaba a abandonar su cama, por lo que un tribunal británico ha dictado sentencia en favor del centro, por lo que el ya expaciente ha tenido que desistir en su intento de permanecer ingresado. Pacientes que estuvieron ingresados a la vez que el desalojado han comentado que el hombre recibía más y mejor trato que otros enfermos que si necesitaban de asistencia médica, alegando que se mantenía allí como un huésped y no como un paciente.