Publicado en El Mundo En una sociedad acelerada que vive y quiere las cosas aquí y ahora, cuestiones que necesitan tiempo para obtener resultados, como la ciencia, son con frecuencia denostadas. Pero en el largo camino de la investigación, cada pequeño paso cuenta. Uno de los retos que preocupan a la medicina hace tiempo es la falta de órganos y tejidos para trasplante, y para ello hace algunos años se planteó la posibilidad de hacerlos crecer en el cuerpo de ciertos animales, concretamente en cerdos, como si fueran incubadoras de órganos. Las denominadas quimeras interespecíficas -organismos que contienen células de diferentes especies- podrían contribuir a que la creación de un órgano cuando se necesite deje precisamente de ser una quimera, una ilusión. Pero a corto plazo ofrecen aplicaciones no menos interesantes, como un mejor conocimiento de la evolución de las especies, la embriogénesis humana (el desarrollo en las primeras fases hasta convertirse en feto) y la progresión de enfermedades, según explica Juan Carlos Izpisúa Belmonte, al frente del Laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk (California).