Publicado en Con Salud La ciencia indica que cuando una persona nace su sistema visual todavía no ha madurado completamente. Y es que el desarrollo total de la visión se realiza durante la infancia. Explican los oftalmólogos que la agudeza visual va mejorando desde el nacimiento: a los tres años únicamente ya alcanza el 50% y llega al 100% a los cinco. Hasta que el niño cumple siete u ocho, esos primeros años de vida resultan cruciales para un correcto desarrollo visual. Por eso, los progenitores deben estar atentos para intentar detectar en la visión de sus hijos signos de que algo no funciona bien y acudir a revisión oftalmológicas antes de que estas anomalías puedan provocar secuelas irreversibles. Porque el diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz son el camino correcto para garantizar una buena calidad visual en la adultez.