Publicado en El País Donald Trump lanzó anoche el mayor pulso de su presidencia. Tras ser humillado públicamente por los halcones de su partido, que amenazan con echar por tierra su reforma sanitaria, el presidente de Estados Unidos no pudo contenerse y ordenó proceder hoy a su votación en la Cámara de Representantes bajo la amenaza de dejar el sistema de su antecesor, el Obamacare, si no apoyaban su proyecto alternativo. Los radicales no contestaron al ultimátum. La aceptación de sus exigencias, basadas en una drástica limitación de las prestaciones sanitarias, llevaría al fracaso de la norma a su paso por el Senado. La votación de la reforma sanitaria estaba prevista para la noche del jueves. Pero tuvo que ser aplazada por el rechazo de una treintena de ultraconservadores, agrupados en el Freedom Caucus. Su negativa, que impide la mayoría republicana, fue hecha pública tras una tensa reunión con Trump.