Publicado en El Español Hace algo más de dos años, dos investigadores del Johns Hopkins Kimmel Cancer Center publicaron en Scienceun estudio que removió los cimientos del conocimiento establecido sobre el cáncer. En él, afirmaban que los errores en la replicación del ADN -las mutaciones que ocurren por causas aleatorias, ajenas a factores ambientales y, por lo tanto, a nuestro estilo de vida- explicaban una gran mayoría de los casos de cáncer que se registraban en EEUU. En román paladino, lo que Bert Vogestein y Cristian Tomasetti venían a decir es que el cáncer se debía mucho más a la mala suerte que a cuestiones hereditarias o a los hábitos de vida. Que hablar de lotería cuando uno sufría un diagnóstico de cáncer no sólo no era incorrecto, sino que era mucho más ajustado a la realidad de lo que se creía hasta la fecha.