Publicado en El Periódico
Es una sensación extraña pero maravillosa. Hay algo mágico en la manera en la que las notas te atraviesan. Si cierras los ojos esa melodía es capaz de herirte o resucitarte. Quizá conoces esa canción y, por eso, tu mente se aleja volando hacia aquel lugar, a aquel momento, a aquella persona. Pero también es posible que sea la primera vez que escuchas esa interpretación y, por eso, tu piel se ha erizado y has recuperado sensaciones olvidadas. Existen pocas cosas capaces de provocar terremotos emocionales similares a las que produce la música. Hay algo mágico en la manera en la que podemos hasta evocar olores solo por escuchar una melodía del pasado. La música riega todas las estructuras del sistema nervioso. Lo dicen los expertos que, como el médico Yerko Ivanovic, dedican su vida al estudio de ambas disciplinas y cómo una influye en la otra. Yerko es muy joven pero escuchándole hablar parece que ha vivido varias vidas. Es neurólogo, compositor y pianista. Y sabe bien que la música produce efectos muy beneficiosos en pacientes, por ejemplo, con lesiones cerebrales o enfermedades como el Parkinson.