Publicado en La Razón La situación actual de las llamadas medicinas complementarias (o medicina natural, o técnicas no convencionales…) está viviendo una curiosa paradoja en nuestro país: mientras las organizaciones colegiales han iniciado una especie de cruzada contra ellas –eliminando de su estructura aquellas secciones relacionadas con estas terapias– en la práctica cada vez están más integradas en la atención sanitaria, ya sea esta pública o privada, y más aceptadas socialmente. La Organización Médica Colegial abrió la brecha al crear, a finales de marzo, un «Observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias». Le siguieron los colegios de médicos de Las Palmas y Madrid que anunciaban (hace apenas una semana) su decisión de eliminar todas sus secciones y actividades en el entorno de las llamadas terapias alternativas, aludiendo la falta de evidencia científica de estas prácticas.