Publicado en El Español A Joey Hoofdman, monitor deportivo y gerente de una tienda de Vodafone de 30 años, casi se le cae el iPad de las manos cuando vio por primera vez un retrato del doctor Jan Karbaat de joven. “Era como si la foto del médico fuera una imagen de mi mismo. Me dio un susto de muerte”, ha relatado a la prensa holandesa. Su madre había acudido a una clínica de fertilidad cerca de Rotterdam, donde se sometió a un tratamiento de fecundación in vitro supuestamente con el semen de su marido, el que Joey pensaba que era su padre biológico. Pero ahora se ha descubierto que el dueño de la clínica, el doctor Karbaat, utilizó su propio semen para inseminar a decenas de mujeres (hasta 60, según presumía él mismo), en lugar del de los supuestos donantes, saltándose todos los límites éticos y legales. La mayoría de sus hijos biológicos nacieron en los años 80.