Publicado en Médicos y Pacientes La maternidad subrogada es un acto mediatizado por la prestación económica y no es completamente libre, debido a que condiciona la decisión y su consentimiento, lo que resulta inadmisible desde un punto de vista ético y deontológico, según se expuso en el XXVI Congreso Derecho y Salud, que se celebra en Palma. En la mesa, que estuvo moderada por Mª Nélida Tur Faúndez, catedrática de Derecho Civil de la Universidad de las Islas Baleares, participaron el Dr. Juan Antonio Pérez Artigues, presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Baleares y vocal de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC ); Federico de Montalvo Jääskelainen, vicepresidente del Comité de Bioética de España; y María del Carmen González Carrasco, catedrática de Derecho Civil de la Universidad de Castilla-La Mancha. La maternidad subrogada es una práctica utilizada cada vez con mayor frecuencia, si bien presenta delicados matices desde el punto de vista ético, jurídico, social, económico, científico o religioso. Dado que la normativa legal penal vigente en España prohíbe y sanciona de modo expreso este tipo de práctica algunos ciudadanos optan por llevarla a cabo en otros países para satisfacer el deseo de tener hijos. Cada año, alrededor de entre 500 y 1.500 parejas españolas suscriben contratos de subrogación de útero en algunos países extranjeros, donde está regulado o permitido.