Publicado en Redacción Médica Al sistema de salud británico (NHS) le está costando reclutar enfermeras, y parte de la culpa la empiezan a achacar los medios ingleses a los difíciles exámenes de Inglés que deben pasar los aspirantes, unas pruebas que han llegado a suspender nativos de habla inglesa como australianos o incluso británicos con alta cualificación profesional. Estos tests de idioma los introdujo el Gobierno como medida para controlar la inmigración, pero ahora parece complicarse la incorporación de enfermeros extranjeros debido precisamente a la alta exigencia de los mismos. Según los propios reclutadores, muchas enfermeras británicas tampoco son capaces de pasar esta Prueba de Lengua Inglesa (IELTS por sus siglas en inglés).