Publicado en El Mundo «¿No ha rellenado usted el formulario online?». Ésa frase es la pesadilla aeroportuaria de todo ser humano. En particular, si la respuesta es: «¿Formulario?, ¿qué formulario?». Afortunadamente, el formulario que desde hace siete meses tenemos que rellenar los residentes permanentes en EEUU cuando viajamos por avión -es otro misterio de la burocracia del mundo, sólo se aplica si se entra por avión, no por carretera- a Canadá, se rellena en menos de cinco minutos desde el móvil, tal y como descubrió el autor de estas líneas momentos después de que el empleado de la aerolínea en la que iba a viajar le sacara de su ignorancia aduanera. Y los canadienses, que en EEUU tienen (merecidísima) fama de ser amables, responden al formulario en menos de dos horas. En mi caso, en menos de dos minutos. Aun así, el susto no me lo quitó nadie. Tampoco la sorpresa cuando, al rellenar el formulario, vi que los canadienses dejaban claro que, una vez en su país, no podría utilizar su servicio de salud pública.