Publicado en El Confidencial Max Johnston, de nueve años, lleva seis meses esperando un trasplante de corazón en Reino Unido. El joven se enfrenta a una carrera a contrarreloj, y es que sufre una miocardiopatía que por el momento ha conseguido mantener a raya con un dispositivo de asistencia ventricular. De todos modos, su familia asegura que se trata de una solución temporal, por lo que ha organizado una campaña en el ‘Daily Mirror’ para exigir un cambio en la regulación de las donaciones en Reino Unido. Bajo el lema de “cambie la ley por Max”, este jueves consiguieron que su petición llegara al Parlamento británico. La propuesta del tabloide aboga por que todos los ciudadanos sean considerados donantes a no ser que estipulen lo contrario en vida. De esta manera, los órganos de los fallecidos sobre los que no se sepa qué postura tenían al respecto pasarían a ser aptos para el trasplante, lo que haría innecesario darse de alta en los registros correspondientes. Según asegura el tabloide, esta medida aumentaría el número de donantes hasta un 25%, a lo que se suma que regiones como Gales ya funcionan bajo este sistema.