Publicado en El País Donantes como el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud suelen instar a los países en desarrollo a invertir en los sistemas nacionales de salud. Pero, si bien apresurarse a construir clínicas y otras instalaciones médicas, incluso en las regiones más alejadas, puede parecer una estrategia clara para asegurar la cobertura de salud universal, no ha resultado así. La reciente epidemia de Ébola en África occidental resaltó la necesidad urgente de sistemas de atención médica más fuertes, eficientes y resilientes en los países en desarrollo. Pero cuando los países se apresuran a construir más clínicas, las instalaciones resultantes se suelen levantar rápidamente y carecen del equipamiento, así como de los suministros y el personal necesarios para ofrecer servicios vitales de salud de manera efectiva.